SEPTENTRION
Por: Mariló y Jose
Este pasado septiembre, tras trabajar durante un laargo verano, decidimos casi de rebote, pasar unos días recargando pilas en Galicia: esta Pseudo-Escocia, semioculta entre brumas (y leyendas…) que atesoramos ahí arriba, en lo alto de Portugal, en el rincón Noroeste de nuestra cornisa cantábrica.
Con la nariz pegada al escaparate más septentrional de la Península, la Estaca de Bares, y al balcón del cabo, capaz de separar a un mar de un océano, el Cabo Ortegal, observamos, en las pocas ocasiones en las que la densa niebla (que nos perseguía de manera acosadora a cada paso que dábamos…) nos lo permitía, el paso migratorio postnupcial de los Alcatraces atlánticos (Morus bassanus) y demás especies viajeras que se acercaron a vernos. Éstos, cruzaban el horizonte gris de la inmensidad azul del mar, con un vuelo rectilíneo poderoso e infatigable, en un goteo constante que magnetizaba el cristal de nuestras lentes.
Por citar algunas de las especies que pudimos contemplar, citaremos a los Negrones comunes (Melanitta nigra), Espátulas comunes (Platalea leucorodia), Gaviones atlánticos (Larus marinus), Pardelas pichonetas (Puffinus puffinus), Cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis), Águilas pescadoras (Pandion haliaetus), Alcotán europeo (Falco subbuteo), Vuelvepiedras comunes (Arenaria interpres), Zarapitos (Numenius phaeopus y N. arquata), Bisbitas alpinos (Anthus spinoletta), Lavanderas boyeras (Motacilla flava), Mirlos acuáticos europeos (Cinclus cinclus), Collalbas grises (Oenanthe oenanthe), Papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca), Carboneros garrapinos (Periparus ater), Chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax), Cornejas negras (Corvus corone), etc, etc, etc. (Que nos perdonen aquellos que no han sido nombrados, je, je).
Nos alejamos de esta tierra de meigas y leyendas, con genuina “morriña” y con ánimo de pegarnos otro “Estacazo” por allí en cuanto surja la oportunidad…