En la mañana de ayer, el municipio gaditano de Medina Sidonia tuvo la suerte de albergar un visitante singular. Paseando por la campiña de Medina distinguí lo que parecía ser un Abejaruco europeo sobre un alambrado. A medida que me acercaba, me confundía aún más porque el colorido del plumaje no concordaba. Para mi asombro, no podía ser otra cosa, no había lugar a dudas, se trataba de un precioso ejemplar de Abejaruco persa (Merops persicus). Tras informar al grupo del avistamiento tuve la oportunidad de hacer varias fotos y vídeos con el móvil y unos prismáticos, dado que no llevaba la cámara encima. Otro compañero del grupo, Pablo Barrena, se personó en el lugar con una buena cámara y tomó unas espléndidas fotografías. El ave nos permitió acercarnos hasta pocos metros de distancia sin inmutarse; solo daba un vuelo para capturar una abeja y volvía al mismo poste.

 

El Abejaruco persa (Merops persicus) es primo hermano del Abejaruco europeo (Merops apiaster), del mismo tamaño pero coloración con predominancia del verde brillante en prácticamente todo el cuerpo salvo la cara, que es de color turquesa, y la garganta amarilla y rojiza. Las remeras de las alas y la cola se tornan de un verde más apagado, y la zona inferior de las alas es prácticamente de un marrón anaranjado. Las rectrices centrales son significativamente más largas que en el Abejaruco europeo.

De hábitos similares al europeo pero con preferencia por hábitats más secos, se localiza en Asia y en África, dónde se extiende hasta la cordillera del Atlas, migrando hacia el centro del continente africano. Es por ello que las citas en Europa no son numerosas y se consideran rarezas.

En los siguientes enlaces se puede ve el abejaruco en acción: